jueves, 12 de diciembre de 2013

De Neuquen al mundo: La historia de José Luis Lozano

Eran las fiestas del año 1969, cuando un pequeño de 6 años abría ansioso sus regalos  de reyes. Como todo niño en esa situación, arranco en cuestión de segundos el papel de regalo que envolvía tan prolijamente aquel par de patines.Creo que ni sus padres ni él se dieron cuenta de la historia que empezó aquel día. Una historia que lo llevó a recorrer varios lugares del mundo. Una historia que lo llevo a competir contra los mejores. Una historia que hoy se escribe en nuestra bitácora. 

Son las 4 de la tarde y el sol de verano no da tregua. Me bajo del colectivo, el cual me deja  en la esquina de la casa de José Luis y en la puerta de la asociación que lo acompaño en sus primeros pasos en el deporte.  Cuando llego a su casa golpeo las manos porque el timbre está roto.  La vecina charla con el repartidor que le trajo un bidón de agua “Acualic”. 
Vuelvo a  golpear las manos un poco más fuertes.  Silencio. Me comienzo a preguntar si era hoy la entrevista.
De pronto se abre la puerta y sale mi entrevistado y me  invita a pasar. Intento pero la reja está cerrada. Entra de nuevo, busca la llave y me abre. Por fin ingreso a la casa.. Pasaron 10 minutos desde que baje del colectivo, pero me da la sensación de que estuve 1 hora al sol.
Se  disculpa por el desorden de la casa. Para mí no estaba desordenada.  Me ofrece una gaseosa, pero cuando me sirve se da cuenta de que ya no tiene gas. –A ver, la voy a probar- me dice. La tira a la pileta de la cocina. Al parecer estaba horrible. Me ofrece un vaso de agua con 4 hielos.

Tomo un trago.Charlamos un rato de varias cosas. Pasa media hora. Tomo otro trago de agua helada. Aparece su hijo Juan, que además es mi amigo. Hablo un ratito con él. Tomo el último trago de agua y prendo el grabador.

José Luis Lozano comenzó a patinar casi de casualidad. Le habían regalado esos patines y los tenía que usar. Las calles de tierra de la ciudad de Neuquén mucho no ayudaban, por lo que debía buscar un buen lugar para poder hacerlo con mayor facilidad. Fue así como de a poco fue ganando destreza sobre las 8 ruedas del par de patines.
Sin embargo nunca pensó en competir hasta la  aparición de un hombre que comenzó a entrenar a varios
chicos que querían poner en funcionamiento sus patines.
Benito Segura era un enfermero que comenzó a entrenar a un José Luis de tan solo 12 años. Por  esos tiempos, los domingos se realizaban carreras de patines en el colegio Don Bosco, escuela que  ya contaba con un equipo propio de patín. Por lo tanto Benito  decidió crear otro equipo, el de la Asociación Española. Equipo que se convirtió  rápidamente en el único rival del domingo del equipo del Colegio Don Bosco, contra el cual se comenzó a competir. Fue así como se empezaban a hacer notar el peso de las camisetas. Tanto al del colegio como la de la asociación.

“Como yo hice toda la primaria en el Colegio Don Bosco, tenía una mezcla de los dos, porque además mis padres y mis tíos eran presidentes y  autoridades de la Asociación Española, pero finalmente seguí representando a la asociación”

Pasaban los años y José Luis ya sabía cómo hace una largada y una llegada en una competencia. Su
habilidad sobre las ruedas se hacía cada vez más notoria. Lo que empezó como un juego se estaba volviendo cada vez más serio. Sin embargo un hecho que cambio la historia de él, de las demás personas que entrenaban y de la provincia,  fue la inauguración de la pista de patín de la asociación española.  Esto representaba el primer patinodromo de la provincia, y el segundo del país. Siendo el primero el que está ubicado en la ciudad costera de Mar del Plata. La asociación abrió clases de patín. Muchos chicos y chicas se anotaron.  El patín comenzó a hacerse un poco más popular en la región. Aun así todavía faltaba lo mejor. 

Fue en el año 1981, cuando José Luis tenía 17 años, que comenzó una nueva etapa de su vida.  Su nivel era muy bueno, y tenía que medirse con otros patinadores igual de buenos. Con esa edad debía correr en una categoría profesional. Benito decide organizar un campeonato Argentino de patín en nuestra ciudad. José Luis ya había ganado 2.

Recuerdo que íbamos a los campeonatos argentinos en choches, en 4 o 5 coches tipo caravana. Muchas personas nos apoyaban a mis compañeros y a mí.- me comenta. Sin embargo se acercaba una etapa de su carrera en la que las distancias  no le permitirían que sea posible viajar en auto hasta los destinos de sus competiciones.

Vienen varios patinadores a competir a Neuquén. Viene el entrenador del seleccionado nacional. Elentrenador y todo el seleccionado es de Mar del plata. No hay nadie de otro lado. Entre los competidores también hay 2 campeones mundiales. Patinadores profesionales. Patinadores con títulos. Pero nada de eso logro intimidar a este neuquino que contaba con algunos títulos nacionales. 
Se prepara. Se entrena. Y paso lo que quizás no era tan esperado. José Luis los venció a todos. Incluso a los campeones mundiales. Enseguida lo quisieron  en el seleccionado, y se lo llevaron 3 meses a vivir a Mar del Plata. Para noviembre de ese año, estaba compitiendo su primer campeonato mundial en Brúcelas. No se le da. Deberá probar suerte en el próximo mundial, el cual se realizaría dos años después en nuestro país. Aun así sigue compitiendo. Para fin de año logra 7 títulos nacionales y 3 sudamericanos.

Se esfuerza, se mentaliza, y en el año 83 logra salir campeón del mundo.
Nuestra ciudad era una fiesta. El patín se volvió más popular. Se comienza a promocionar mucho el deporte, y se comienzan a construir muchos patinodromos, a tal punto que se llega a tener 7 solo en Neuquén capital, siendo quizás la única ciudad en el mundo con tantas pistas de patinajes juntas.





A partir de acá, representó a la Argentina en el Mundial del Colorado en 1985, en el Mundial de Australia en 1986, en el Mundial de Italia en1988 y en el Mundial de Nueva Zelanda 1989. Gano más de 40 medalla
s de oro, varias veces fue premiado por su trayectoria y hasta llego a ser elegido por prensa latina como uno de los 3 mejores deportistas argentinos del año 87 junto con Maradona y Gabriela Sabatini.
Con la llegada de Juan, su hijo, su carrera pasó a segundo plano. Un hijo te cambia todo, dicen por ahí. Jose Luis lo puede ratificar. A partir de su hijo, ya no se sentía igual de comodo al viajar a otros países, estar 2 meses entrenando, para volver y entrenarse de nuevo para viajar a otro lugar.
Fui a varios mundiales luego del nacimiento de Juan, pero iba más a pasear que a otra cosa. Pensaba en que mi hijo recen nacido estaba lejos. En el año 94, con 30 años se retiró por completo de su carrera deportiva
con el patín. Pero no se desvinculo del deporte, sino que apostó a un nuevo sueño,  el cual se basa en ayudar a otros.
Comenzó con la Fundación Cristiana Neuquén Oeste, a través de la cual se busca facilitar el acceso de las personas al deporte. Se construyó en torno a 3 áreas. Un área deportiva, un área educativa y un área social. El deseo de crear una institución como esta, nació de la posibilidad que tuvo de conocer varios países, en los cuales podía ver como se desarrollaban las actividades deportivas. Al llegar a Neuquén, los aviones aterrizan cerca del barrio San Lorenzo, que era en ese entonces el más grande y el más carenciado de toda la ciudad. En su corazón agradecido por las oportunidades que se le brindaron, comenzó a soñar con la idea de tener un gimnasio techado, donde las personas pudieran practicar deportes. La fundación no recibe dinero del gobierno. Todo se hace a pulmón.


Durante la entrevista, Jose Luis varias veces mencionó una frase que me llamo la atención, la de “usar el deporte como herramienta”. ¿Herramienta para que? Bueno... El deporte lo ayudó en uno de los momentos mas difíciles de su vida, y el conoce el poder escondido detrás de estas practicas, por eso ve al deporte como una herramienta que puede cambiar vidas. Y en eso se enfoca cuando trabaja en la fundación. 


Al terminar su historia, me queda un sentimiento de admiración. Con 10 años pudo encausar el dolor, superar sus tristezas, entrenarse duro y vencer a los campeones mundiales. Una vida muy gratificante y sin duda merecedora de un buen descanso sobre cada logro, sin embargo, decidió seguir un nuevo sueño, el cual implica ayudar a otros, compartiéndole su pasión y su amor. Y es sin duda una de las mejores inversiones que se pueden hacer, porque tanto el amor, como la pasión son contagiosas, y sin duda que da de lo que recibió. 
Por el sueño de José Luis es similar a tirar semillas por ahí… Algunas cuantas no llegaran a tocar un terreno fértil, ya que a muchos chicos no les interesa acercase a la fundación.
Algunas  otras caerán en un terreno en el cual empezaran a brotar, pero luego dejaran de crecer. Muchas veces las personas se acercan, pero no encuentran interés en el deporte y se alejan nuevamente.
Pero hay algunas semillas que caen en el terreno justo, comienzan a crecer y se vuelven más grandes. En la fundación, seguramente hay muchas historias de personas a las cuales el deporte los alcanzo justo a tiempo. Personas que quizás encontraron una razón de vivir en el deporte, personas a las que la realidad diaria les pega menos desde que se cruzaron con esa pelota o esa red.
Y yo soy de los que creen que todo lo que das vuelve. Y sin duda que una semilla que crece, tarde o temprano dará su fruto. 



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