domingo, 15 de diciembre de 2013

A 30 años de la creación de la CONADEP

El 15 de diciembre de 2013 se cumplen 30 años de la creación de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP).


En una entrada anterior del blog hicimos algunas reflexiones sobre los 30 años de democracia. Sin embargo nos parecía necesario retomar alguno de los hitos de nuestra historia a partir del informe de la CONADEP. Comenzando por el 26 de marzo de 1976 cuando el golpe de estado derrocó a María Estela Martínez de Perón.

A continuación ofrecemos una línea de tiempo con momentos destacados vividos durante la dictadura militar.


La comisión fue creada por el presidente de la República, Ricardo Alfonsín, en 1983. Sus principales objetivos consistían en contribuir al esclarecimiento de los dolorosos hechos producidos en el país como consecuencia de la acción represiva desatada por el régimen militar instaurado en 1976; recibir las denuncias correspondientes sobre desapariciones y secuestros de personas ocurridos en ese período, y producir un informe acerca de su trabajo.

La comisión estuvo conformada por Ernesto Sábato como presidente, Magdalena Ruiz Guiñazú, Ricardo Colombres, René Favaloro, Hilario Fernández Long, Carlos T. Gattinoni, Gregorio Klimovsky,  Marshall Meyer, Jaime de Nevares, y los diputados nacionales Eduardo Rabossi, Santiago Marcelino López, Hugo Diógenes Piucill, Horacio Hugo Huarte. Los secretarios fueron Graciela Fernández Meijide, Daniel Salvador, Raúl Aragón, Alberto Mansur y Leopoldo Silgueira. 
La Comisión entregó el informe final con toda la investigación el 20 de septiembre de 1984 al presidente Alfonsín. La documentación registraba la existencia de 8.961 desaparecidos y de 380 centros clandestinos de detención. Por otra parte permitió probar la existencia de un plan sistemático perpetrado desde el gobierno mismo, siendo efectivamente clave para el Juicio a las Juntas. 
El siguiente mapa muestra la ubicación de algunos de los centros clandestinos de detención. 


Dentro de ellos se destacan:

- La Escuela Superior de Mecánica de la Armada (ESMA), ubicada en el casino de oficiales de la Armada Argentina en la zona norte de la Ciudad de Buenos Aires. Para una mayor descripción, retomamos un informe del Diario La Nación: “La ESMA por dentro: un recorrido por la huellas del terror”.
- El Campito: principal campo de concentración utilizado por el ejército. Estaba ubicado en Campo de Mayo Gran Buenos Aires.Por allí pasaron unos 5.000 detenidos. Solo 43 sobrevivieron.

Por otra parte, en nuestra zona se emplazó La Escuelita de Neuquén, ubicada en el Batallón de Construcciones 181, a la salida de Neuquén capital, por la ruta n° 22, cuatro km antes del aeropuerto, se abre a la izquierda un camino de tierra, de aproximadamente 300 metros.. En el libro “Nunca más” se describe como “dos edificios separados por 10 metros aproximadamente. Una casa vieja servía para el alojamiento de los detenidos. Paredes blanqueadas, piso de cemento, techo de chapas. Cuchetas superpuestas en cada habitación. Entre la pared y la chapa del techo quedaba un espacio por donde corría aire. Hueco en el techo para torreta de vigilancia, actualmente tapiado. Baño con lavatorio chico, letrina y ducha. Puerta de acceso de color marrón con visor. El otro edificio, actualmente demolido, era un galpón de chapas, techo medio arco, puerta corrediza color rojo antióxido, piso de ladrillos. Había una comunicación peatonal con el Batallón. El acceso principal a través de una tranquera, controlada por el Puesto de Guardia 5.” El blog “Juicio Escuelita Dos” realiza una cobertura multimedial del segundo tramo del juicio a los represores de la Escuelita de Neuquén.


Asimismo, la dictadura mantuvo el sistema de zonificación militar del país, dispuesto el 28 de octubre de 1975, mediante la Directiva del Comandante General del Ejército 404/75 (Lucha contra la subversión). Según el régimen de zonificación militar, el país quedaba dividido en 5 zonas militares, correspondientes a los cinco cuerpos en que se dividía el ejército. Los jefes de zona y subzona tenían total autonomía y eso les permitía violar sistemáticamente los derechos humanos. 



El informe final fue publicado en forma de libro con el nombre “Nunca Más”. 
 El título fue propuesto por Marshall Meyer porque era el lema utilizado originalmente por los sobrevivientes del Gueto de Varsovia para repudiar las atrocidades nazis.
En el prólogo del libro puede determinarse el fin último de la Comisión. “Nuestra Comisión no fue instituida para juzgar, pues para eso están los jueces institucionales, sino para indagar la suerte de los desaparecidos en el curso de estos años aciagos de la vida nacional. Pero, después de haber recibido varios miles de declaraciones y testimonios, de haber verificado o determinado la existencia de cientos de lugares clandestinos de detención y de acumular más de cincuenta mil páginas documentales, tenemos la certidumbre de que la dictadura militar produjo la más grande tragedia de nuestra historia, y la más salvaje. Y, si bien debemos esperar de la justicia la palabra definitiva, no podemos callar ante lo que hemos oído leído y registrado; todo lo cual va mucho más allá de lo que pueda considerarse como delictivo, para alcanzar la tenebrosa de categoría de los crímenes de lesa humanidad. Con la técnica de la desaparición y sus consecuencias, todos los principios éticos que las grandes religiones y las más elevadas filosofías erigieron a lo largo de milenios de sufrimiento y calamidades fueron pisoteados y bárbaramente desconocidos.”



A 30 años de la creación de la CONADEP y como hijos de la democracia decimos Nunca Más al terror y las violaciones cometidas. Y auguramos que los derechos humanos no sean pisoteados. En la semana tuvimos muestras de inseguridad y desesperación. Creemos que aún nos falta mucho camino pero siempre bajo las alas de la democracia.

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